Hoy hablamos de una enfermedad poco frecuente, pero igualmente peligrosa si no se detecta y se trata a tiempo: la uveítis. La uveítis es una enfermedad ocular que afecta a la úvea, en la capa media del ojo. La úvea está formada por el iris, el cuerpo ciliar y el coroides.
Dentro de la úvea hay numerosos vasos sanguíneos, que transportan la sangre del cuerpo al ojo y viceversa. Entre ellas, se nutren muchas partes importantes del ojo, por lo que una inflamación de esta parte puede dañar severamente la visión.
Síntomas de la uveítis
Sus síntomas son el enrojecimiento y el dolor de ojos repentino así como una visión borrosa indolora. Además, otros síntomas pueden incluir sensibilidad a la luz, manchas flotantes repentinas, disminución de la visión… A nivel físico puede oscurecerse la parte inferior del iris.
Normalmente, está relacionada con otras enfermedades e infecciones en el resto del cuerpo, pero a día de hoy se desconoce la causa específica de estas inflamaciones. Eso sí, se sabe que el tabaco aumenta la probabilidad de desarrollar uveítis.
Tipos de uveítis
Existen varios tipos de uveítis:
· Iritis – Inflamación del iris. Es el tipo más común. Se desarrolla repentinamente y puede sufrirse durante 6-8 semanas. Si no se realiza un diagnóstico eficaz y se trata correctamente puede llegar a ser crónica.
· Uveítis intermedia – Es la que afecta al centro del ojo, cuando es esta parte la que se inflama. Puede durar de semanas a años.
· Uveítis posterior – Afecta a la parte posterior del globo ocular. Se desarrolla a lo largo de los años.
· Panuveítis – Afecta a todas las capas de la úvea.
Tratamiento de la uveítis
En cualquiera de estos casos, la uveítis es una condición seria que debe ser diagnosticada y tratada tan pronto como sea posible para evitar consecuencias graves. Se suele tratar con corticoides o colirios, dependiendo del caso. Para inflamaciones mayores, pueden ser necesarios otros medicamentos o incluso inyecciones.
De no tratarse correctamente o a tiempo, puede degenerar en la aparición de otras enfermedades oculares como el glaucoma, las cataratas o desprendimientos de retina.
Por eso, y como siempre, recomendamos examinarse la visión al menos una vez al año para evitar, prevenir y concienciarse sobre las enfermedades que pueden afectar a nuestra visión. Así que, si últimamente has notado algún pequeño cambio en vuestros ojos, no dudéis en consultarnos.