Una de las conclusiones más preocupantes que extrajimos gracias a los años que llevamos con nuestras unidades móviles y realizando campañas gratuitas de prevención de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), el Glaucoma y la retinopatía diabética, ha sido el crecimiento de estas tres enfermedades. Tan solo en el último año, más de un 27% de las personas revisadas, padecen alguna de estas tres patologías. Las tres son unas de las principales causas en nuestro país de problemas como la baja visión.
Aunque son enfermedades que pueden aparecer a cualquier edad, suelen estar asociadas a la edad. Y a partir de los 40-45 años, es normal empezar a padecer síntomas de vista cansada o baja visión.
La baja visión, médicamente, se define como la privación parcial de la vista que no se puede corregir con gafas, lentillas, medicamentos o cirugía. Una persona con baja visión no puede realizar cualquier tipo de tarea de la vida diaria de una manera correcta o segura.
La baja visión no es simplemente ver borroso de cerca o de lejos, entre sus síntomas se pueden incluir la pérdida de visión central, periférica, visión borrosa, perezosa. La DMAE, por ejemplo, afecta a la visión central y la retinopatía diabética puede afectar a la periférica.
Lo primordial es la detección a tiempo. Por eso, si ha notado cambios en su visión, le recomendamos encarecidamente que consulte de inmediato con nosotros. Los exámenes oftalmológicos regulares son esenciales para detectar cualquier tipo de enfermedad.
Lamentablemente, la baja visión no tiene cura conocida. Ya que la pérdida de visión que supone no se puede devolver mediante tratamientos ni cirugía. Para poder desarrollar una vida normal, le pondremos en manos de personas que le ayudarán a aprender nuevas formas de usar la visión que le queda para realizar las actividades de la vida diaria y mantener su calidad de vida. Es como un proceso de rehabilitación, pero para la vista.
Equipo del IOTT