Lo más habitual cuando a una persona le detectan problemas visuales como la miopía o hipermetropía es, sin duda, llevar lentillas. Simplifican nuestras actividades y nos permiten ejercer actividades o deportes que con las gafas serían molestos o imposibles. Sin embargo, no son una solución definitiva, puesto que las dioptrías nos pueden seguir subiendo y además, tienen bastantes contraindicaciones, sobre todo a largo plazo.
Limitaciones de las lentillas
Cuando llevas lentillas, lo más normal es no notarlas en el ojo, puesto que se adaptan perfectamente a la forma de nuestro globo ocular y para las personas que nos ven, si no se fijan mucho, no notarán que somos miopes y llevamos lentillas. Pero obviamente, no dejan de ser un elemento extraño en nuestro ojo a nivel biológico por eso tienen ciertas limitaciones.
- No debemos dormir con ellas. Puesto que nuestro ojo se puede resecar con las horas de sueño al no poder transpirar correctamente y provocar problemas como la conjuntivitis.
- No debemos bañarnos con ellas. Puesto que el agua, en contacto con la lentilla, puede provocar problemas en nuestros ojos. Los usuarios de lentillas pueden presentar microtraumatismos en la superficie corneal, situación que les hace vulnerables a la invasión corneal de un tipo de ameba denominada Acanthamoeba, que se puede encontrar en los sistemas de agua potable y también en el agua de las piscinas
- No debemos llevarlas puestas más de 8-10 horas. Es habitual que los usuarios de lentillas las usen durante toda su jornada, desde que se despiertan hasta que se duermen por la noche. Sin embargo, a largo plazo, esto es muy contraproducente ya que el uso prolongado y continuado durante años, puede provocar diferentes problemas como sequedad o conjuntivitis crónica y, finalmente, desencadenar una intolerancia a las lentes de contacto.
- Debemos tener mucho cuidado con su higiene. Las lentillas son propensas a ensuciarse con facilidad ya que toda la materia suspendida en el ambiente (partículas, polvo, humo, etc..) se queda pegada a ellas y hasta que no las lavamos al quitárnoslas no la eliminamos. Mientras tanto, toda esa suciedad puede quedarse pegada a nuestro párpado implicando un alto riesgo de infección.
Por eso, nuestra mejor recomendación si tu vista ya se ha estabilizado y llevas muchos años con lentillas, es que te sometas a una operación de cirugía refractiva para eliminar todos estos riesgos y puedas vivir una vida cómoda sin tantos problemas oculares y sin molestias. Además, en nuestras clínicas ofrecemos revisiones previas para poder detectar y tratar cualquier problema que ya te haya podido derivar el uso de lentes de contacto antes de la operación.
Equipo IOTT