Casi tan inoportunos como los granos son los orzuelos. Si no los has tenido nunca o no los has visto, son pequeñas inflamaciones que se suelen dar en el párpado superior. Bultos que pueden aparecer con enrojecimiento, sensación de escozor y dolor, molestias al parpadear o lagrimeo. En algunos casos más graves, poco habituales, pueden acompañar otros problemas como mayor dolor, ampollas, sangrado, costras, descamación o exceso de lagrimeo visión borrosa.
Médicamente, son inflamaciones forunculares del tejido conjuntivo del borde de los párpados, junto a un folículo piloso. En la mayoría de casos, provocados por una bacteria llamada Staphylococcus aureus. Aunque también pueden aparecer por estrés, cambios hormonales o blefaritis.
Si te ha aparecido uno, no hay que alarmarse. Pero eso sí, hay que tomar ciertas precauciones para evitar que la infección se extienda. Es recomendable evitar el maquillaje alrededor de la zona y ser muy precavido con la higiene. Lo mejor es no tocarlo, nada de apretar o intentar extirpar el orzuelo por ti mismo. Si puedes evitarlo, tampoco uses lentillas mientras que lo tengas.
En cuanto al tratamiento, nuestra recomendación es, como siempre, acudir a un oftalmólogo para que un especialista valore la inflamación, compruebe su causa y te recomiende la mejor solución posible. En la mayoría de casos, estará relacionada con buen higiene y la aplicación de superficies tibias o ungüentos antibióticos durante algunos minutos varias veces al día. También puede necesitar ser extipado o vaciado en algunos casos. Pero reiteramos, NUNCA hagas eso sin supervisión médica.
Si no se toman las precauciones adecuadas, la infección se puede propagar al resto del párpado. Esto se denomina celulitis del párpado y puede requerir antibióticos orales o intervenciones. A menudo será suficiente con las pomadas para que desaparezcan por sí solos. En algunos casos, puede haber opciones de reaparición si la bacteria no se elimina correctamente.
Equipo del IOTT