El problema de visión más común es la miopía, y como tal, es la patología que más tratamos en el Instituto Oftalmológico Tres Torres. Gracias a contar con la última tecnología, podemos corregir cualquier tipo de de defecto visual en intervenciones de apenas minutos. Pero para poder hacerlo y llegar al punto de ser aptos para una operación de miopía, tenemos que esperar a que el ojo acabe su desarrollo. Esto es a los 25 años aproximadamente. Hasta entonces, estos defectos visuales se corrigen mediante el uso de gafas y lentillas.
Pero, a pesar de ser una excelente solución para nuestro día a día, a medio y largo plazo, el uso de gafas o lentillas puede ser incómodo y en algunos casos, contraproducente. Con las lentillas, existen ciertos riesgos si las usamos incorrectamente o durante demasiado tiempo. Sobre todo a largo plazo. Pero si tenemos en cuenta algunas indicaciones, podremos alargar su uso durante más años y evitar algunas molestias antes de operarnos de miopía:
1.- Usar lentillas homolagadas y adaptadas a nuestro ojo
En otros post hicimos hincapié en los riesgos que supone comprar lentillas por internet, así como productos de higiene ocular a vendedores no acreditados. Esto es una muestra más. Las lentillas no pueden ser genéricas y han de estar adaptadas a las necesidades de nuestros propios ojos. Esto solo puede hacerlo un contactólogo, por tanto, si queréis cuidar vuestros ojos, nada de comprar lentillas por internet o en establecimientos donde no se garantice la procedencia de la lente de contacto.
2.- Limpiar las lentillas correctamente
Antes de usarlas hay que lavarse bien las manos y limpiar cada lentilla por separado con la solución salina recomendada para vuestro tipo de lente. Si no lo haces con cuidadoy exhaustivamente, pueden quedar algunas partículas sobre la superficie de la lentilla y derivar en molestias como el enrojecimiento o la conjuntivitis.
3.- No bañarse ni ducharse con las lentillas puestas.
El agua, aunque nos sirva muy bien para lavarnos las manos antes de tocarlas, no debe entrar en contacto con la lentilla. Por eso, no debemos bañarnos ni ducharnos con ellas, ya que corremos el riesgo de que nos entre agua en el ojo. Esto es debido a que el agua corriente puede contener microorganismos que pueden provocar algún problema en nuestros ojos.
4.- No llevar la lente de contacto en el ojo más de 8 horas al día
El mayor riesgo de las lentillas viene dado por su uso. Llevarlas durante demasiado tiempo (a lo largo de los años) provoca diferentes problemas como sequedad o conjuntivitis crónica y, finalmente, desencadenar una intolerancia a las lentes de contacto. También es recomendable que si las lentillas son diarias, quincenales o mensuales no prolonguéis su uso más de lo especificado.
5.- No dormir con lentillas puestas.
No se debe hacer bajo ningún concepto. Ni siquiera para una breve cabezadita. Ya que al cerrar los ojos prolongadamente con ellas, se reduce la oxigenación de la superficie corneal y esto puede favorecer que al quitároslas la capa más superficial de nuestra córnea se quede adherida al plástico. Lo cual implicaría generar una úlcera corneal. Una situación muy dolorosa y que no le deseamos a nadie.
Equipo IOTT