Siempre hacemos hincapié en la necesidad de descansar y proteger nuestros ojos cuando dedicamos mucho tiempo a estar mirando pantallas tanto de nuestro ordenador, como de la tablet o un smartphone. Pero también es muy importante proteger adecuadamente nuestra vista cuando hacemos otras actividades diarias que requieren esfuerzo visual como leer, escribir, dibujar o estudiar.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la mejor luz para este tipo de actividades siempre es la luz del sol. Cuanto más natural esté iluminada la estancia, mejor para nuestros ojos. En el caso de no poder contar con una buena entrada de luz natural, debemos optar por dos focos: uno de luz ambiental y otro cerca del sitio donde ejerzamos la actividad (al lado del sofá, la silla de estudio o en el escritorio). También es importante que la fuente de luz cercana (o la natural a través de la ventana) nos llegue desde nuestro lado menos bueno. Esto quiere decir que, si somos diestros, es mejor que la fuente de luz venga desde la izquierda y viceversa. De esta manera no nos taparemos luz al escribir o dibujar.
¿Qué luz artificial es mejor para la vista?
En cuanto a la luz artificial, la mejor opción para estas actividades y ayudar a mantener la concentración son las luces frías, por parecerse más a la luz natural y cansar menos los ojos. Por eso en nuestro foco cercano recomendamos más este tipo de luz. Sin embargo, en habitaciones más oscuras o al anochecer, su uso puede ser contraproducente, ya que según estudios, este tipo de luz nos mantiene despiertos y alerta, lo que está bien para estudiar pero podría causarnos a la larga fatiga tanto visual como general o problemas para conciliar el sueño y por tanto, un menor rendimiento. Para la noche es mejor contar con una luz neutra o cálida algo más alejada.
A pesar de que las luces fluorescentes son usadas como luz de ambiente en muchos espacios grandes como bibliotecas o institutos, no son recomendables para habitaciones. Aunque en algunos casos no lo parezca, los tubos parpadean continuamente a una frecuencia no tan alta que puede causar cansancio si se utilizan de forma prolongada. Por esta razón nunca debemos estudiar bajo su luz salvo que sea en espacios amplios como los mencionados. Pero en el caso de nuestra casa, no es nada recomendable estudiar en la cocina si tenemos este tipo de luz, por ejemplo.
Equipo IOTT