Las inflamaciones son uno de los problemas más habituales que puede tener la córnea. Sus síntomas son fácilmente distinguibles. Como es un elemento esencial para una visión correcta, lo primero que afectará si tenemos algún problema en ella será eso: veremos borroso de repente. Además, podemos notar dolores en el ojo, lagrimeo constante o una excesiva sensibilidad a la luz. Con cualquier de estas pautas, por supuesto, lo primero que debemos hacer es acudir a nuestro oftalmólogo. Así valoraremos la gravedad del asunto y sobre todo, nos podrá mandar un tratamiento adecuado y eficaz.
La córnea puede inflamarse por diversas causas, la más habitual es la sequedad. El ojo seco puede provocar inflamaciones en la zona externa. También, por causas más físicas, como golpes, arañazos o lesiones en el ojo, lo que puede provocar inflamación mientras la herida se cura. En ese caso, también será recomendable comprobar que no tenemos ningún tipo de infección en la herida que pueda agravar la situación.
Las infecciones bacterianas o víricas pueden llegar a provocar graves lesiones, pero no solo puede ser a través de heridas. También pueden ocurrir por una mala higiene con las lentillas. Otras causas menos probables son alergias, exposición directa al sol del ojo o efectos secundarios de algunos fármacos.
Tratamiento para las inflamaciones de la córnea
Según la causa que haya provocado la inflamación, el tratamiento será diferente. Por eso es muy importante no automedicarnos y esperar la versión de nuestro oftalmólogo. En caso de infecciones, lo normal es recetar antibióticos o pomadas antibióticas para aliviar la inflamación y las posibles complicaciones. También pueden recetarte colirios, si es causada por la sequedad o un simple tiempo de reposo con el ojo tapado si es en casos donde haya habido una sobreexposición a la luz.
En casos más graves o en los que la enfermedad haya avanzado, el paciente puede necesitar cirugía o si el caso es de extrema gravedad, un transplante de córnea.
Pero por supuesto, lo mejor siempre en todos los casos es la prevención. Una correcta higiene en nuestros ojos (sobre todo si somos usuarios de lentillas) y una protección adecuada nos mantendrá alejados de infecciones, exposiciones indeseadas y sequedad.
Equipo IOTT