Nuestros ojos contienen un líquido que se llama humor acuoso. Entre otras funciones, se encarga de nutrir las estructuras internas y dar tensión a nuestro ojo. Este líquido se produce y se renueva continuamente para mantener el funcionamiento normal de nuestra visión. Por eso, necesitamos un equilibrio correcto entre la producción del humor acuoso y su eliminación. Sin embargo, hay algunos casos en los que no se elimina correctamente por las vías de drenaje de nuestros ojos. Eso lo que da lugar a la presión intraocular elevada.
Cuando esta presión se eleva y se mantiene sin controlar durante un periodo prolongado de tiempo, existe riesgo para el nervio óptico: pueden comenzar a perderse fibras nerviosas y esto se traduce en pérdida de agudeza visual. Esta enfermedad del nervio se conoce como glaucoma.
Existen diferentes tipos de glaucoma, pero en líneas generales es una enfermedad crónica y silenciosa, ya que no suele dar síntomas ni molestias que nos hagan acudir rápidamente al oftalmólogo. El glaucoma es indoloro y sus primeras manifestaciones son la pérdida de visión periférica, la que menos capaces somos de percibir. Es una enfermedad de evolución lenta y progresiva y requiere un tratamiento y seguimiento a largo plazo para que no se agrave más de la cuenta.
El glaucoma tiene una serie de factores de riesgo que nos hacen más susceptibles de desarrollarlo, y que, si los tienes, es altamente recomendable revisarte la visión aunque no padezcas ningún síntoma:
- Antecedentes familiares (genética)
- Miopía elevada
- Alteraciones vasculares (hipotensión, migrañas, enfermedades vasoespásticas)
- Ser de raza negra
- Tener más de 40 años (recomendable revisión una vez al año)
Toda prevención y revisión es poca porque con el glaucoma es «mejor prevenir que curar» como dice el refrán. Al ser una enfermedad no-reversible, cuanto antes se detecte y menos visión se haya perdido, obviamente es mejor. Por ello, recomendamos encarecidamente que revises el estado de tus ojos y por supuesto, los niveles de tensión intraocular. Estas revisiones no suelen llevar mucho tiempo y no son molestas, ¡no lo dejes pasar más!
Dra. Mariluz Iglesias